Mi suicidio – Henri Roorda
Mi suicidio, de Henri Roorda, ha sido una de mis últimas lecturas de este año 2020. Bastante acertado, viendo el año que llevamos, ¿no os parece? Aunque no es de mi tipo habitual de lecturas, no por eso ha sido menos memorable. ¡Vamos a la reseña!
SOBRE EL LIBRO
Autor: Henri Roorda
Editorial: Trama Editorial
Año: 2020
Páginas: 64
¿Es una serie? No
ISBN: 978-84-122716-1-4
SINOPSIS
Hay muchos suicidas en la Historia de la Literatura, pero pocas notas de despedida que sean tan bellas como la que dejó Henri Roorda.
Mi suicidio es un texto de una sinceridad profunda, en el que desgrana las preguntas esenciales de la vida, el amor, el trabajo y el placer, mientras va preparando su fin. El autor no era un ser enfermo, desesperado o embargado por una pasión descontrolada. Todo lo contrario. Había sido un dandy, un degustador de los alimentos «terrestres», un hombre sensual que gozaba de los placeres mundanos de la vida.
Esta obra vitalista, sobria, concisa, tan pura como la belleza de la vida a la que estaba atado, nació en un principio con el título de El pesimismo alegre.
RESEÑA
Mi suicidio fue el último libro que escribió el escritor belga Henri Roorda, antes de quitarse, tal como anticipa el título, su vida. En él, el autor desgrana, paso a paso, los motivos que le han llevado a tomar esa decisión.
Nacido en Bruselas en 1870, Roorda fue pedagogo, escritor, hedonista, librepensador, profesor de matemáticas. Todos estos calificativos no son aleatorios, pues él mismo se encarga de demostrarlo en su propio escrito. Fue hedonista, pues amaba los placeres cotidianos y buscaba constantemente algo que le produjera alegría y gozo, sin tener que trabajar. Fue librepensador, no conformándose con lo establecido por la sociedad, siempre preguntándose hasta dónde podía llegar la condición humana. Y fue pedagogo y profesor (y obviamente escritor), profesión que si bien aclara que amaba, en un momento llegó a producirle hastío la repetición mecánica y anual en la que se había convertido su vida.
En cada uno de los capítulos o apartados en lo que se divide el libro, el autor va explicando cómo han afectado en mayor o menor medida a su decisión de quitarse la vida.
De todos ellos, sin duda mi favorita ha sido el dedicado al Dinero, pues si bien no debemos perder de vista que el libro fue escrito en 1925, muchas de las cuestiones que critica sobre la sociedad y, en especial, la importancia del dinero en esta, aún son aplicables a día de hoy.
Un libro lleno de frases y citas a recordar, especialmente en este apartado: «El pobre y el rico pueden cometer los mismos errores; pero para el rico dichos errores tendrán consecuencias menos graves.»
– Soy un egoísta que ha amado mucho. –
Este corto libro fue concebido inicialmente bajo el nombre de El pesimismo alegre. Y aunque posteriormente le cambiara el título, esa misma esencia se puede apreciar en sus páginas, pues aunque nos está explicando el autor por qué quiere morir (el pesimismo), al mismo tiempo se defiende como un amante de la vida y de los grandes placeres que hay en ella (alegre).
Sin embargo, en sus propias palabras, la felicidad permanente es imposible, y nada de lo que en algún momento le produjo gozo dura para siempre. Y es esa certidumbre de que en algún momento la alegría se terminará lo que le lleva a decidir el suicidio como única solución.
– Hasta tal punto estoy vivo que no siento la proximidad de la muerte. –
El propio Roorda ya nos dice que la finalidad de escribir este libro no es otra que la de exponer y justificar su decisión de quitarse la vida, para que no se le confunda con una persona deprimida y sin ganas de vivir. Todo lo contrario. Ha disfrutado viviendo como ha vivido.
Pero al mismo tiempo, no escribe esperando la comprensión de sus iguales y con la intención de hacerles cambiar de opinión. Tampoco pretende culpar a nadie de sus acciones; es más, él mismo es su propio culpable, pues conoce su falta de fortaleza para seguir viviendo.
Y creo que esto es un ejemplo magnífico de que nunca podemos llegar a conocer del todo las intenciones de los actos de los demás. Un espectador externo podría pensar que el de Roorda se trata de un suicidio más. Pero en este caso, podemos acceder a su mente, a los momentos previos y conocer los motivos de su decisión.
En fin, este libro debe leerse sabiendo lo que es: no es un novela, ni un trabajo de divulgación, ni tan siquiera una crítica social. Es una nota de suicidio, una carta de despedida preciosa, en la que el autor analiza el mundo y la sociedad en la vive, pero del que no quiere irse sin dejar por escrito aquello que le ha movido a abandonarlo.
Una lectura muy recomendable, aunque sea solo por la preciosa escritura de Roorda (con mención especial a los traductores, que han sabido mantener la esencia de la alegría y la tristeza juntas en sus palabras).
– Como la vida es corta, los libros deben ser delgados. –