Marina – Carlos Ruiz Zafón

Marina era uno de mis grandes pendientes. Pero tengo un problema con los libros de Zafón que no sean La Sombra del Viento. No consigo no comparar sus otros libros con éste (y eso que Marina es anterior) y siempre tengo las expectativas altísimas, lo cual no es del todo bueno.

El hilo conductor de la historia empieza con Óscar, un huérfano que vive en un orfanato cuyas escapadas diarias callejeando por Barcelona se han vuelto ya una costumbre. Un día, inesperadamente, en una de las calles de la zona alta dónde prácticamente todos los palacetes se encuentran en un estado de decadencia notable, encuentra a Marina entre las calles, casi como si fuera un espectro. Marina vive con su anciano padre en un caserón antiguo que parece abandonado, pero está más vivo que ninguno de los de la ciudad a causa de los recuerdos que retumban por todas las paredes. 

De una amistad que empieza prácticamente a trompicones, de forma tan inesperada como un poco inverosímil, nos adentramos en una historia que pone los pelos de punta. Una misteriosa mujer de negro visita una tumba con la Teufel gravada y una venganza pendiente. Un famoso médicto ortopédico y protésico y socio de la Velo Granel Kolvenik, médico ortopédico y protésico y socio de la Velo Granell, protagonizó junto a su bellísima esposa Eva Irinova, varios años atrás, un episodio dramático de Barcelona que dejó cientos de incógnitas sobre su vida. Su símbolo: una mariposa negra, la Teufel. Inspirado por las características de esta mariposa, Kolvenik se obsesiona con la vida eterna, lo que da a Zafón todo el juego que necesita para formar esa esfera de terror que tanto le caracteriza.

Me ha encantado ver que el estilo que tanto caracteriza las novelas de Zafón, ese terror que te hace sentir un escalofrío en la espalda como si te observaran continuamente desde ese rincón oscuro del lugar en el que estás leyendo. Miedo. Es que le sale tan natural que me fascina.

Invernaderos oscuros y dejados, marionetas abandonadas que asustan al más valiente y unos personajes que hielan la sangre. Todo entremezclado con la amistad y los pasajes de la emotiva historia que se va desarrollando entre Marina y Óscar, que se desarrolla entre misterios, persecuciones y huídas, las estancias en casa de Marina o las playas de la Costa Brava. Lo que más me gustó es la construcción del personaje de Marina. Durante toda la lectura no supe exactamente a qué atenerme con ella. Zafón crea una esfera especial a su alrededor; en mi caso, tuve la sensación de que tanto Marina como su padre eran espectros, puestos ahí por la imaginación de Óscar. Pero no os desvelaré qué pasó al final. 

¿El final? Se va intuyendo hacia la mitad del libro. Al final, el estilo único de Zafón, que te va desvelando poco a poco la trama, hace que irremediablemente llegues a puerto tú solo. Aún y así me sorprendió el plot twist final. 

Me costó mucho puntuar la novela. Un 4 me parecía demasiado porque tampoco me había encantado como otros libros de Zafón. Ponerle menos también me dolía. Sin embargo, cuando dudo sobre qué nota ponerle a un libro, me guío por la sensación que siento en el mismo momento de cerrar el libro. Marina había creado en mí unas grandes expectativas. Todo el mundo me decía que era uno de los mejores libros que había leído y tratándose de Zafón me lo quise creer hasta el final. Sin embargo, aunque tiene todo lo que me gusta del autor, me faltó algo, de ahí al 3,5/5. 

De todas formas, sigue siendo una pequeña joya que recomiendo y que merece ser leída y releída