Almendra – Won-Pyung Sohn
¡Hola lector@s! Vuelvo con una lectura de estas que me hacen salirme de mi zona de confort… Tenía buenas vibraciones con ella y no he fallado. ¡Empecemos!
SOBRE EL LIBRO

Autora: Won-Pyung Sohn
Editorial: Temas de hoy (Planeta)
Año: 2020
Páginas: 256
¿Es una serie? No.
ISBN: 8499987915
SINOPSIS
Yunjae tiene dieciséis años, está en la edad de las emociones desbordadas, el amor y la rabia. Pero las amígdalas de su cerebro son pequeñas, más pequeñas que una almendra y, como consecuencia, Yunjae es incapaz de sentir nada.
Educado por su madre y su abuela, aprende a identificar las emociones de los demás y a fingir estados de ánimo para no destacar en un mundo que pronto lo tachará de extraño. «Si tu interlocutor llora, tú entrecierra los ojos, baja la cabeza y dale una suave palmada en la espalda», le dice su madre.
[…]
RESEÑA
Debo reconocer que tenía unas ganas locas de leer este libro. Y que se publicó prácticamente cuando empezó la cuarentena. Y que fue de lo primero que fui a comprar a la librería cuando pudimos salir.
En realidad no sabía muy bien qué esperar de este libro pero su sinopsis me cautivó. Pensé: «¿Un adolescente que no puede sentir absolutamente nada en la edad en la que se debe sentir todo? Esto tengo que leerlo.» Necesitaba saber cómo habían encarado la historia.
Se narra la historia de Yunjae, un niño con el cuerpo amigdalino cerebral subdesarrollado. Como se describe en el título, sus amígdalas tienen el tamaño de una almendra. Estas amígdalas son eenciales para la capacidad de sentir emociones y percibirlas en otras personas, incluyendo el miedo, el amor, la felicidad, la tristeza… así como todas aquellas sensaciones que estas emociones provocan en nuestro cuerpo.
La autora ha dividido el libro en cuatro partes, narradas por Yunjae, el protagonista. A través de una narración pausada, directa y carente de emoción, la autora nos hace un repaso de la infancia de Yunjae, transmitiéndonos el pesar de una madre muy tremendamente preocupada y esa tremenda indiferencia que afecta al protagonista ante situaciones realmente impactantes. A pesar de la narración plana, a pesar de la falta de profundidad de la historia, somos capaces de empatizar con el protagonista y la autora nos da suficientes herramientas para ver más allá, para percibir aquello que al protagonista se le escapa y que para nosotros resulta de lo más natural de interpretar. Es más, es gracias a este estilo narrativo que entendemos por completo qué es no tener sentimientos, dejando a la par entrever cómo el resto de personajes sí los tienen y cómo reaccionan ante la actitud de Yunjae.
Por otro lado, hay un punto de crítica social y referencias al bullying. La sociedad coreana es tremendamente distinta a la nuestra, sin embargo los estigmas sociales se repiten de forma sistemática (e, incluso, si ahondamos un poco más en la cultura seguro que podemos encontrar más temas tabú que en nuestras culturas occidentales). Podemos ver la falta de empatía que las personas tienen hacía otros iguales que, según los estándares, se salen de «lo normal». No tener sentimientos, no reaccionar ante ningún tipo de demostración sentimental es algo curioso y atípico y en el libro es algo que se deja muy patente. Sin embargo, resulta curioso que a veces la mayor estigmatización no procede de fuera, sino de las personas más cercanas. Es, en este caso, la madre de Yunjae quién más hincapié hace para que su hijo sea «normal» con la mera intención de evitarle sufrimiento, en vez de hacer campaña junto a él y abanderarse con su normalidad ante el mundo.
En cuanto al bullying, se nos presenta tanto desde la perspectiva psicológica y física y, aunque pasa de puntillas, también se habla de lo importante que es la intervención de los adultos y la educación acerca de cómo tratar estos temas. Aún y así, por todos es sabido que, generalizando, los niños son crueles entre ellos porque carecen de filtros en su forma de ser que se adquieren con la edad y la autora ha sabido plasmarlo perfectamente.
La autora también nos hace una pequeña incursión en el mundo del amor, del amor en muchos sentidos, pero el que nos resulta más interesante es el del primer amor. Debo reconocer que me hubiera gustado que la autora profundizada un poco más en este campo, aunque finalmente haya decidido focalizar esta temática hacia otros personajes.
En cuanto al resto de personajes cuya existencia afecta a Yunjae, a parte de su preocupada madre, su abuela parece tener una influencia bastante positiva en su vida, que se ve eclipsada por una relación un tanto tortuosa entre ella y la madre de Yunjae.
Por otro lado, el Dr. Shim acude en auxilio de un perdido Yunjae, haciendo las veces de figura paterna. La autora nos regala momentos realmente tiernos y necesarios entre una vida que resulta tan caótica al lector, pero tan normal para el protagonista.
finalmente, Goni, un chico verdaderamente problemático y un tanto maleducado, es otro personaje muy importante para la trama. Entra en la vida de Yunjae de la peor forma imaginable y entre ellos se forja una unión inquebrantable y una extraña sinergia, ya que Goni es quien envidia a Yunjae por su condición. Es justamente esta relación la que nos hace adorar a Yunjae.
En conclusión, no ha sido el libro que esperaba leer. Aunque plantea muchos dilemas acerca de cómo debería sentirse el protagonista, esperaba un planteamiento un tanto más dramático y el final me resultó sorpresivo, en el sentido de que jamás hubiera apostado por tales acontecimientos y hubiera esperado una obra más emocional (por muy contrario que pueda parecer según la temática). Lo que sí debo conceder a la autora es que el plot twist final casi provoca que me diera un pequeño infarto. Por otro lado, me ha encantado la premisa de la historia. Desconocía totalmente esta enfermedad que afecta a una minoría de la población y creo que es muy interesante que, de forma tan natural, se introduzcan en nuestra literatura y en nuestras vidas.
Sin duda, es una lectura ligera que no te deja indiferente y desde luego, creo que es un buen ejemplo para adentrarse en los autores coreanos que con tanta fuerza están apareciendo en el panorama literario occidental.
¡Nos leemos la semana que viene!
Lo mejor:
- La delicadeza de la narración y poder acompañar al protagonista en una visión de la vida tan peculiar.
- La evolución de Yunyae a través de cómo influyen en él el resto de personajes, tanto positiva como negativamente.
- La sencillez de los «sentimientos» de Yunyae, porque… ¿la carencia de sentimientos no es un sentimiento a su vez? Yunjae percibe las cosas de cierta forma debido a su condición médica, no igual que el resto, pero las percibe y las analiza a su manera y es muy interesante ver ese proceso.
Peores sensaciones:
- Para mi gusto, una parte del final que me dejó anonadada y me pareció que a razón de los escenarios, circunstancias y sensaciones vividas a lo largo de la historia, estaba un poco fuera de lugar, aunque nos ayuda a entender la evolución del personaje.
- Una escena especialmente desagradable que deja ver hasta dónde llegan los límites de la crueldad humana (a pequeña escala).